Jesús Lizano (Barcelona 1931) se define como “un rebelde, un excluido del sistema literario”. Tiene un vital sentido del humor, poeta que toca absolutamente todos los deshechos, te puede hablar de amor, de sastres, de curvas o de mierda.
Desligado del comunismo y su vida dentro de él, este filósofo poeta -que aún vive- para denunciar, nos remueve las entrañas porque la palabra según él debe ser para remover, para excavar... para hacernos despertar de que la vida es una simple insolencia.
Para el poeta, "esa tierra prometida de plenitud humana puede alcanzarse solo mediante un comunismo poético". Su obra se disfruta más allá de cualquier ideología. A veces se revierte como poeta lírico, épico, reflexivo o sarcástico…
Es extraño no conciliar sus ideas con algo que ciertamente repudiamos. Me deja tocando. Toca ver lo que no se ve. Toca decir lo que no se dice. Toca ser libre cuando queremos serlo. No aplaudir la irreverencia por simple disgusto social sino porque nos destruye no decirlo. No abanderarse por simplemente rebelarse. Rebelión con razón, por libertad, por no tener miedo de asumir el miedo o la misma felicidad. No solo tocar la mierda porque hay que tocarla sino cuando toca. Tocar la alegría cuando se deja tocar y cuando toca.
Seguiré tocando con Jesús Lizano y sus poemas ...
LAS PERSONAS CURVAS
Mi madre decía: a mi me gustan las personas rectas
A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre el curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños, curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva;
el día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
dentro de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas;
vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
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MAMÍFEROS
Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantautores.
¿Cantautores?
Yo veo mamíferos…
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, sí, miembros, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos…
académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras…
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas…
Yo veo mamíferos.
del libro Novios, Mamíferos y Caballitos
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